P: ¿Para que trabajos es imprescindible hacer en book?
R: Cualquier persona que pretenda trabajar con su imagen como modelo, necesita un book de calidad. El book es la tarjeta de presentación de un modelo, la primera impresión que va a causar. La mayoría de procesos de selección de modelos comienzan con el visionado de un book o un composite. Ahí se produce el primer filtro. Un book de calidad es garantía de éxito.
P: A parte de las personas que trabajan en el mundo de la imagen, ¿Qué tipo de encargos te suelen hacer?
R: Realizo bastante reportaje social, estudios de desnudo artístico, particulares que quieren tener fotografías como las que ven en las revistas.
P: De qué depende el coste de los books? ¿Son muy caros?
R: Pues básicamente de la calidad del mismo, como casi todo en la vida. Yo no utilizaría los términos caro o barato. Un buen book completo, con cambios de iluminación y de look, maquillaje, vestuario, fotografías de estudio y exterior no bajará en ningún caso de 400 € (dependiendo de los profesionales y las circunstancias de ahí para arriba).
Un book así le concede al modelo una oportunidad, le permitirá conseguir trabajos. Seguramente pueda encontrar alguien amateur o semi-profesional que le haga un “book” por 40 €. En ese caso, casi con toda seguridad habrá tirado el dinero. Para mí, en esta situación que planteo el caro es el que menos dinero costó. La clave a la hora de plantearte hacerte un book no es cuánto dinero te costará, sino cuánto podrá hacerte ganar.
P: Habrá gente que sea la primera vez que posa delante de una cámara, ¿Cómo preparas a la gente que se somete a una sesión y que nunca antes ha hecho nada?
R: Cada persona es un mundo. La fotogenia es una cualidad que siempre se ha predicado del modelo o la modelo. Yo no estoy de acuerdo con eso. Para mí la fotogenia está al 50% entre modelo y fotógrafo. Es responsabilidad del profesional encontrar la mejor cara del modelo, el ángulo que más le favorece, el punto de vista más adecuado a sus características. Lo que más confianza infunde a un modelo es la profesionalidad, que sientan que están con alguien que sabe lo que hace, que controla todo lo que ocurre y que de un modo u otro llevará la sesión a buen puerto. A partir de ahí la técnica es distinta con cada persona. Hay quien necesita un poco de humor, quien necesita que le lleves al límite para que “explote” su fotogenia, hay quien solo necesita que le dejes a su aire para liberar lo que llevan dentro… Es nuestra responsabilidad dar con la fórmula. Es una labor psicológica que uno llega a dominar con los años y el trabajo.
P: ¿Qué te diferencia a ti con respecto a otros fotógrafos?
R: La pasión, supongo. Conozco profesionales de reconocido prestigio que me consta tienen talento y sin embargo llevan a cabo sus trabajos de forma rutinaria y desapasionada, cobran sus honorarios y a otra cosa. Y eso se transmite en las fotografías. El día que no sienta hormigas en el estómago al mirar por el visor de mi cámara o que mi único estímulo sea el dinero, ese día me dedicaré a otra cosa. No concibo el trabajo sin pasión.
P: ¿Cuál crees que es tu mejor tarjeta de presentación?
R: Yo simplemente procuro hacer aquello que me apasiona con honestidad, humildad y dedicación plenas. A partir de ahí, creo que han de ser los demás quienes valoren mi trabajo. La tarjeta de presentación de todo fotógrafo son sus fotografías. Las mías ahí están.
P: La gente que acude a ti, ¿ha de ir maquillada, caracterizada… o también es un servicio que ofreces tú?
R: Cualquiera que acude a mi estudio puede contar con maquilladora y estilistas profesionales. Son fundamentales para darle a una fotografía ese algo especial, para hacer que todo en la imagen resultante resulte coherente. Una producción completamente profesional no es posible sin profesionales del maquillaje y el estilismo. Nosotros podemos ocuparnos de todo eso para que el resultado sea plenamente satisfactorio.
P: Tenemos un dicho que es “Aunque la mona se vista de seda mona se queda”… Un fotógrafo ¿Puede hacer milagros con su cámara o ese es un falso mito?
R: Milagros en fotografía no existen. Ahora bien, partiendo de ahí, para mí una fotografía es la interpretación que el fotógrafo hace de la realidad que tiene ante sus ojos. Y si tenemos en cuenta que la belleza siempre está en los ojos del que mira, el resultado final depende en gran medida de la “mirada” del fotógrafo.
Yo retrataría al 70% de las personas con las que me cruzo a diario. Me resulta difícil encontrar a alguien de quien no me llame la atención absolutamente nada. Una “mirada” educada es el principal arma de un fotógrafo. Ser capaz de ver en alguien lo que casi nadie ve (ni el propio interesado) y tener la técnica, el conocimiento y la pasión necesarios para plasmarlo en una imagen. Ese es el milagro.
Luego está el Photoshop… Pero eso es otra historia.
Mario Díez Fernández www.mariodiez.es
